viernes, 2 de julio de 2010






El dolor que nace de una obsesión no está hecho de estridencias. No se trata de aquellas manifestaciones de pena en las que participa todo el cuerpo, la voz y los gestos. No hay arrebatos ni excesos. Suele ser una pena honda, callada, que surge de la imposibilidad de moverse, de actuar, porque las obsesiones nos paralizan el cuerpo y la vida.
(Maria de la Pau Janer. Las mujeres que hay en mi)

5 comentarios:

  1. Que razón tiene la María de la Pau esta....

    Un besazo Rubi!!!!
    (Cuando vuelves!!???)

    Cesssss

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  2. Mala cosa obsesionarse, y peor si es con un dolor.
    "Tenemos que ser optimistas"

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  3. Es horrible que no actualices mas.
    Saludos!

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  4. Gran reflexión (y la tuya de mi comentario tambien).
    Pronto nos vemos Gra.

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